EJERCICIO 2: Microrelato Sentido
Ejercicio 2:
Poco después empecé a sentir una agradable brisa, la cual se hacia mas fuerte, cuanto mas avanzaba. El pasillo parecía no tener fin y no creía que entrar por una de esas puertas me pudiera ayudar en algo. Pensaba: ¿Y si me quedo encerrado en otro lugar como en el pasillo infinito?
En el pasillo de innumerables
puertas, comencé a andar sin rumbo, sin recordar nada, inmerso en un mar de
dudas de las cuales surgía la más destacada: ¿Qué hacia allí? Y ¿Como había llegado?.
Poco después empecé a sentir una agradable brisa, la cual se hacia mas fuerte, cuanto mas avanzaba. El pasillo parecía no tener fin y no creía que entrar por una de esas puertas me pudiera ayudar en algo. Pensaba: ¿Y si me quedo encerrado en otro lugar como en el pasillo infinito?
Seguí avanzando hasta que la calida y
suave brisa se había convertido en un viento demasiado fuerte para avanzar, casi
podía empujarme hacia atrás. Era como si
algo o alguien no quisiera que siguiera hacia delante, así que en contra de mi
voluntad, abrí la puerta más cercana.
Era una puerta
grande, como las de la entrada de una casa, estaba hecha de madera, y la
cerradura, pomo y bisagras eran de color oro.
No sabia porque, pero me resultaba
familiar. Entré y una fuerte luz me cegó, dejándome ciego durante un par de segundos, al
poco tiempo recobré la vista y vi mi propia casa, decorada con toques
navideños, avance hacia el salón y allí estaba yo, cenando con mi familia.
Nadie se percato de mi presencia, ni siquiera estando delante de ellos, era
como si yo fuera un fantasma, entonces pensé, que alo mejor, era un recuerdo,
¡mi recuerdo!
¿Y si cada puerta era un recuerdo?
¿Y si cada vez que avanzaba estaba
más cerca de mi presente, y por esa razón cada vez que avanzo el viento es
más fuerte?
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